Ata unas cuantas cintas de colores a un ventilador, y deja que la naturaleza gatuna haga su magia.
Ata unas cuantas cintas de colores a un ventilador, y deja que la naturaleza gatuna haga su magia.
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Al menos ya tiene algo avanzado para cuando la diabetes le inutilice las articulaciones.
Pues no, es mentira. La primera en la frente. Pero no es del todo mentira, ya que el flujo de aire principal no procede del ventilador, se basa en la generación de bajas presiones para «invitar» al aire circundante a unirse a la fiesta.