Por fortuna lo abrió antes de que el avión despegara, porque si lo hubiera hecho en pleno vuelo y sin el cinturón puesto, habría vivido una experiencia que no iba a olvidar en el resto de su cortísima vida.
Por fortuna lo abrió antes de que el avión despegara, porque si lo hubiera hecho en pleno vuelo y sin el cinturón puesto, habría vivido una experiencia que no iba a olvidar en el resto de su cortísima vida.