Es admirable cómo mantiene la compostura mientras se mete más y más en un agujero de vergüenza ajena. Parece inmune.
Es admirable cómo mantiene la compostura mientras se mete más y más en un agujero de vergüenza ajena. Parece inmune.
Y luego intenta que le salte el airbag que lleva dentro, pero para ello tiene que sufrir un accidente…
No es un dios, ni siquiera un semidiós. Ha metido la pata tanto o más como cualquiera de nosotros, aquí nos pone un par de ejemplos.
Hoy: el profesor lechuza.