Pillote máximo a dos funcionarios de la ONU en Tel Aviv
single_virality
/home/fino/public_html/pre/wp-content/themes/doberman-child/single.php:82:int 1
single_tags
/home/fino/public_html/pre/wp-content/themes/doberman-child/single.php:86:int 1
/home/fino/public_html/pre/wp-content/themes/doberman-child/single.php:82:int 1
/home/fino/public_html/pre/wp-content/themes/doberman-child/single.php:86:int 1
Pilar quiso vender su casa de Vic, en Barcelona. Había conseguido plaza fija en un ambulatorio de Reus y dejó que una agencia la enseñara a unos posibles compradores: «llegó el okupa, empujó a todo el mundo, se sentó en el sofá y dijo que no se iba«
[fvplayer id=»4442″]
Ha sido sin esperármelo, la entrevista con la que más me he reído este año.
Por cierto, cumplió su palabra. Mis dieses.