Mal rollo…
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Y aquí los mejores momentos de La Resistencia.
En Gibraltar se instaló una de las primeras plantas. El funcionamiento es extremadamente sencillo. Unas planchas flotantes transmiten el movimiento de las olas a un sistema hidráulico que genera electricidad. Si el oleaje se va de madre, se pliegan y esperan a que se tranquilice un poco.
En casa estábamos todos en plan «venga, suelta el discursito fácil y quítate el albornoz que sabemos que vas a ir medio en bolas». No desepsionó.