[…] El soldado no tardó en reconocerlo todo: la orina no era suya, era de su hermano, y el objetivo era presentarla como propia para ocultar que había consumido cannabis en los últimos días. «Me han pillado haciendo trampas», terminó confesando a otro Teniente, dando positivo por la misma droga quince días después, ya sin pene de plástico de por medio. […]
Esta imagen pega con todo, maldita sea.