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Se dio la casualidad de que despegaban de pistas paralelas al mismo tiempo, y uno de los pasajeros captó el momento.
Dudeney propuso el siguiente ejercicio: ¿Se puede romper un triángulo equilátero en 4 trozos para formar con ellos un cuadrado? Sí, se puede, pero lo que no tenían previsto es una curiosa propiedad que intentarían replicar con polígonos más complicados.